Hoy vamos a charlar sobre un tema muy importante para todos los corredores, especialmente en verano: ¿cómo afecta el calor a nuestro entrenamiento y qué estrategias podemos usar para adaptarnos?
Cuando el calor aprieta, la pregunta clave es: ¿bajamos el ritmo para mantener el pulso o mantenemos nuestro ritmo habitual? A medida que las temperaturas suben, es fundamental escuchar a nuestro cuerpo y ajustar los entrenamientos. Recuerda, el pulso es un indicador interno clave, mientras que el ritmo es un marcador externo. Aceptar el impacto del calor nos ayuda a adaptarnos mejor y evitar frustraciones.
Entrenar en calor puede incluso mejorar tu rendimiento aeróbico a largo plazo. La adaptación al calor implica una mayor sudoración y una mejor regulación de la temperatura corporal, lo que puede ayudarte a rendir mejor en competiciones. Así que, mientras disfrutamos del verano, no olvides hidratarte bien, entrenar con seguridad, y aprovechar al máximo las oportunidades que el calor nos ofrece.
Gracias por acompañarnos en este episodio de Estrategas del Trail & Run.
¡Nos vemos la próxima semana!
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